NEFASTA: Contenidos Críticos

Comunicación ha incrementado, notoriamente y sin lugar a dudas, mi bagaje cultural. Me doy cuenta de que los años no han sido en vano. Hoy puedo, por ejemplo, reconocer –entre otras cosas muy importantes- la diferencia entre Significado y Significante de Saussure (incluso lo abrevio “sdo” y “ste” como muestra de mi sapiencia). Puedo llegar más lejos aún y citar a Benveniste para causarle un dolor de cabeza a Ferdinand. También Marx y Hegel están palpitando en alguna que otra neurona, pugnando por si la plusvalía es ficción o realidad, es idealismo o materialismo, es...no importa que siga explayándome pues todos sabemos cómo terminó, finalmente, esta tonta pelea: es obvio que triunfó, ante todo, la erudición. Él fue el ganador, aunque fuera en aquélla pelea tan famosa sobre la base de tesis y antítesis, derrotado. De todos modos, esto es, siempre y cuando Malinovosky no aparezca corriendo y gritando que no logra superar el incesto de Levi´s Strauss. El que me mira mal es Ricardo, que de tanto en tanto me echa una mirada que casi dice (mi erudición lo percibe): “¿viste que gané?”. Cuando descanso, no logro sin embargo dejar de temer a alguna pesadilla freudiana, alguna de esas que alimentadas por otros miedos que Pichón Riviere me ha incrustado, me atacarán a medianoche y me quitarán todos los conocimientos que Licenciatura en Ciencias de la Comunicación me ha dado con tanto esfuerzo. Gracias a Dios siempre está Mc. Luhan...Perdón...reformulo: gracias a Mc. Luhan siempre está Dios, utilizándonos como extensiones de sus frustraciones. Por suerte hoy puedo decir que soy consciente de ello, y que por lo tanto ya no tengo miedo (eran solo resabios) de que Freud ni ningún pichón pueda atacarme en sueños, pues todo es producto de la manipulación de los medios, o sea: de dios (ya puedo escribirlo con minúscula, también).Y es que sí, a veces parece que tanta letra ahoga, y entonces decido no doblegarme ante los mass media (como nos encanta referirnos a Don Francisco y a Cacho de la Cruz) y me encierro en las historietas, obviamente, de la mano de Mattelart, aquél que me dice como debo leer al Pato Donald. También nos visita a veces, porque es de esos intelectuales que igual se mezclan con la masa, y nos explica cómo hacer un observatorio de medios (no para ver a las “estrellas” sino para fiscalizar, popularmente, a esos que pretenden manejarnos), y es tan popular que hasta nos vende su libro, muy barato, en la puerta del paraninfo, porque la información debe ser de todos. Me compro el libro. Cuando me logran convencer de que existe una clase explotadora que vamos a vencer cuando apaguemos la televisión, me cae Lucian Sfez a explicarme qué es la mentira. Entonces busco la salida, la segura, ya que ese no viene seguido al paraninfo: me interno en el cine independiente. Oh! El cine independiente! Paraíso de las ideologías sin morada! Entonces caen todos los ídolos intelectualoides, y me doy cuenta de que lo que importa es crear y no leer más, expresarse, meterle para adelante con una idea, volarrrr.......ups! Un tipo me habla de la anáfora, y para peor escribió, sobre dicha figura, tratados que prácticamente definen mi manera de pensar. Nunca los había leído, porque esa onda vino justo cuando yo estaba con la onda del cine independiente. Lo lamento, pues Adorno y Marcuse, con quienes me reencuentro ahora, me siguen diciendo que la radio es mala mientras Ella me cuenta que tenemos libertades ilimitadas. Lewis, Morgan y Rossi insisten en explicarme cómo vive el hombre, y Rosseau comenta en secreto que somos buenos pibes y que la culpa es del sistema.Finalmente todo sigue ahí. Al menos el título de la fotocopia está en mi cabeza. El de Licenciado en mi mano...eehhhhh ¿seré una fotocopia? Bueno, de todos modos aprendí que “una copia no es igual a otra copia”, así que conservaré mi individualidad. Es más, lo haré mediante esta muestra que, humildemente, pretende expresar, y demostrar, todo lo que aprendí.¡Chupen, giles!