martes, marzo 07, 2006

Quimical Brothers

« No tenemos nada que declarar por el momento » dijo el portavoz de la Casa Blanca cuando a la salida uno de los periodistas amateurs, portadores de un simple micrófono digital y un sistema de streaming abordo con inusual determinación preguntando : «Hacia donde han sido enviados los informes sobre las victimas laterales por la lucha bacteriológica ? ». La reacción no se hizo esperar, periodistas de todas partes habían llegado para conversar con el portavoz, periodistas del New Yorker, del Washington Post, enviados de la agencia EFE y de varios rincones del planeta. Sin embargo, a nadie se le había pasado por la mente hacer esa pregunta. Con un recorrido nervioso, las miradas buscaron ente los papeles, entre los apuntes, todos de pronto quisieron indagar inquisitivamente en los apuntes del otro. Pero nadie tenia esa información. Tampoco esperaron a tenerla, de un salto, la nube de periodistas se dirigió en dirección a Thomas Minn quien ante el retardo de los curiosos, ya estaba al resguardo de sus guardaespaldas.

La noticia prendió como en un reguero de pólvora, y antes de que nadie pudiera efectivamente confirmar la noticia, los principales medios internacionales y locales dieron por cierta la noticia. Pronto comenzaron a llover documentos que efectivamente confirmaban el hecho, y de a poco, aquellos titulares lanzados un poco irresponsablemente, fueron encontrando sustento.

Una semana mas tarde un empleado del Pentágono, tal vez atormentado en su conciencia por lo que ya sabia, y envalentonado por la ráfaga de noticias que recorrieron el mundo, decidió presentarse ante un diario de modesta incidencia dentro del ámbito local mexicano, a unos pocos kilómetros de la frontera con Estados Unidos.

El informe resulto ser efectivamente aterrante. Los periodistas del Tacama News no quisieron dar por ciertos los datos, y prefirieron esperar a que los grandes medios se hicieran eco de esta información, a sabiendas de que sus paginas, jamás serian tan bien tomadas en cuenta para dicha novedad.

En efecto, el informe revelaba que por primera vez en 37 anos, desde que comenzaron las pruebas con las bombas bacteriológicas, se había realizado un informe anual sobre las victimas accidentales. El informe detallaba con precisión el nombre, apellido, país, ciudad, dirección, edad y circunstancias, en las que cientos de miles de personas alrededor del mundo habían muerto en circunstancias inexplicables, bajo los efectos de algún extraño virus. Las carpetas estaban subdivididas al mismo tiempo por contagios directos, contagios accidentales, contagios indirectos, contagio aéreo y contagio fluvial. Aterrante, y tal vez por eso mismo, imposible de creer

El Pentágono cuenta con un sistema estrechamente relacionado a las oficinas de información sanitaria alrededor de todo el mundo. A través de ellas, en cuestión de segundos es informada sobre la muerte de un -en principio- bajo causas indeterminadas. Minutos mas tarde se envía un pedido de especificaciones, y una hora mas tarde, con el detalle químico del supuesto « virus », se puede saber exactamente de que se trata. Los cultivos bacteriológicos utilizados con usos bélicos tienen una simple característica, la manipulación genética de los mismo permite identificar al « autor » intelectual del mismo en apenas minutos.
Hasta el momento se piensa que mas de 890 mil personas han muerto como consecuencia del uso indebido de estas armas de destrucción masiva en mas de 14 países en América Latina, así como en China, toda Europa, Medio Oriente por supuesto y 7 países en África Central.